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Oda a Laurence Barilá

  • Foto del escritor: Michal Hynst
    Michal Hynst
  • 15 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Nadie de un paso al frente: un Ángel llora.


Hoy, un ángel se viste de hombre y abre

El cofre donde los niños orinan

Todo su miedo, sus padres, la tiniebla de los armarios.

¡Llora! ¡El dolor del mundo le pertenece!


Hoy la extranjería del mundo

Vuela de nube en nube, de norte a sur

De cama en cama y de flor en flor

Porque nadie sufrió por un día: El dolor del mundo le pertenece a un ángel.


¡Ay, ángel redentor de ojeras mustias

Del costado herido de los amantes!

¡De los hombres que a hurtadillas

Se aman bajo los puentes y en las cabinas telefónicas!

¡Ay de ti, creador de la ternura, ángel, Barilá!

¡Nadie de un paso al frente! ¡un ángel llora!


Se abrazan los amantes ante el ángel llovido.


Un siglo de cosechas de algodón, hortensias

De pasionarias, de mezcal y de uvas

Quedan como pasmadas ante

La pluma del niño olvidado.


¿Cómo olvidarte, a ti, que descubriste el amor

En el collar de perlas saladas del llanto

Cuando tu niño pronunció su niña

Entre tazas de té, dulces y clandestinas?


¿Cómo olvidar esa noche

De poemas ocultos entre borrachos

Entre locas y travestis de civil?


Laurence, querido, amado Laurence, amigo mío

Que mi pecho abraza burlando el atlántico

Te heredo mi bencina, mi paño y mi candil

Para devorarnos juntos la patria del jorobado.


¡Pobre Notre Dame! !Ay de ti, Francia toda!

Se aborrece la tierra de la madre perra

¡Un ángel! ¡Un hombre llora y se magnifica!

En cada gota, una redención

En cada gota, una venganza.


Vindicador del beso, acróbata del verbo, Laurence Barilá

¡Las maricas del mundo encienden sus hogueras!

Y las llamas bailan sobre los puentes de Londres, esa ciudad

Donde el silencio es lenguaje, daga y tonta prudencia

Y los castillos de alfileres bordan de colores el cielo

Para que tú, ángel triste, bailes pomposo

La fanfarria del carnero que

Harto de la virilidad hipócrita

Se viste de borrego y guiña un ojo al lobo.

¡Nadie de un paso al frente! Nadie es huérfano de privilegios.


Nadie atina a tomar una piedra

Del mar a los pies del Ángel.

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