Elogio de la biela
- Michal Hynst
- 18 oct 2020
- 1 Min. de lectura
Pedalea.
Pedalea hasta no poder más.
Pedalea hasta hacerte viento.
Hasta que tus lágrimas se desvanezcan
en la brisa de la carretera.
Cuando tus ansias se acalambren, pedalea.
Cuando las ciudades se agoten
y el asfalto te acose... pedalea.
Y si el mundo quedara chico
para la odisea de fierros
vuela entre manubrios.
En las selvas y montañas
del desierto a la sabana
y del corazón a la vida
haz de tu destino dos ruedas.
Y rueda!
Rueda como la brasa de boca en boca
como las nubes a la mar
y las piedras del camino
que, de vez en vez,
rodando se enamoran.
Que tu paso queme las llantas de tu alma
de tu razón y desazón.
Vive todas las vidas en una
atraviesa ridículas fronteras
y cuando menos lo sospeches
comprenderás ese cíclico misterio...
tu eterno exiliar calles:
Eres rueda, eres viento... eres libre.
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