Harlem, I
- Michal Hynst
- 18 oct 2020
- 1 Min. de lectura
...Pequeña amiga que vagas por mis sueños, con la esperanza del encuentro en los días que vendrán... (Elsa Bornemann - Mis queridos monstruos)
Hay una mujer que es varias mujeres
y todas ellas no son ella.
Una mujer de pincel y galaxias
otra de gatos de lágrima atada
dos o tres, de fiestas y balcones
y ninguna es.
¿Quién es? ¿Cómo?
¿Será esa que adivino ansiosa?
O tal vez la del vestido suelto...
Me gustaría que sea la de la risa
la del dulce, el lunar oculto en la boca
la del ojo de Venus, la de la copa llena
el cojín blando y la cama fresca.
Una de ellas es sal de comisura
la que duele al sonreír
o decir “lo siento”.
Hay una que es toda asombro
de niña de paleta de mora morada
y faldita blanca y lunar solo.
La hay también una de fuego
vaporosa y húmeda
catarata caliente de herida cerrada
por el propio fuego que dale a vida.
¿Cuántas de ellas es? ¿Será alguna?
No las conozco ni entiendo.
Sólo veo sus pasos abandonados
en los caminos
en los parques
en la playa y los tinteros.
¿Quién es? ¿Cual?
quizás la del misterio
la del libro perdido
el cuadro que muta
o quizás, un sueño...
Algo debe ser.
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