Léase antes de amar
- Michal Hynst
- 27 abr 2020
- 1 Min. de lectura
Amar.
Amar como desafío. Amar como meta, como fin, como bandera de llegada.
Amar como principio, impulso, puntapié. Amar desde el inicio.
Amar el mientras tanto, el durante, el entretanto. Amar ese nosequé, el queseyó, el andásaber.
Amar el final. Amar la calavera, la sombra, el polvo del olvido de la memoria.
Andar así, amando.
Amando, animarse a volar con una pluma entre los dedos, en la espalda o la cabeza. Amar la pluma, el vuelo, el aire, la liviandad.
Amar la escritura, la levitación de quien escribe, lee y escucha.
Amar el árbol; estatua de la libertad. Amar el libro; fruto de la libertad. Amar el papel; sangre de árbol.
Amar los animales, los bichos y las plantas. Amar las algas, los mosquitos y los perritos falderos.
Amar la tierra: ella ama. Amar su densa materia de montañas y basalto, petróleo y arenilla.
También su más leve materia, de pétalos, gusanitos, gas de descomposiciones, y brisa bajo los nogales.
Amar con fiereza de tigre y sigilo de jaguar. Con inmensidad de cóndor y gracia de águila.
Sencillez de mangangá, colibrí, picaflor, chiquitín de las flores.
Amar cada recuerdo, sueño, porvenir y memoria. Amar al antecesor y a quien vendrá, que nos devuelve el pasado.
Pero cuidado al amar a una persona: por si acaso, que antes lea éstas palabras.
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