In memoriam Osvaldo Bayer
- Michal Hynst
- 16 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Los ojos al sur y te veo
ahí, viejo, abuelo querido, Don Osvaldo
siempre la mirada turbia
más por los años que por los dolores
la sonrisa pícara y fácil
más por lo libre que por lo niño
la palabra breve y fulminante
como un rayo certero, fiera daga de luz.
En la montaña, la estepa y el monte
se cagan del miedo los criminales
que se robaron el amanecer y el horizonte
y al sol lo crucificaron por siempre en una bandera.
Abuelo y hermano, amigo y camarada, gringuito
vos que azotaste la conciencia del soldado
el estrado de los jueces, la almohada del mataindios
vos que arrullaste la pobre democracia
mientras otros se perdían en el sueño del marxismo
viejo, viejo hermoso Osvaldo Bayer
los ácratas del mundo te saludan
arrojando el artefacto de Simón
cargando el fusil de Severino
retratando los ojos de Santiago
apuntando a la frente de Falcón.
¡No descanse la memoria! ¡Anarquistas y libertarios! ¡Atención!
¡Que las barricadas lleguen al cielo y las trincheras al corazón!
Osvaldo, camarada y maestro Osvaldo Bayer
así como tus dedos tejieron ese espejo
donde la violencia y el despojo se maquillaron de república
así nosotros urdimos la venganza
que no será televisada, pero por siempre será recordada.
¡Tus descendientes estén preparados!
¡Estirpe de ácratas inconmovibles! ¡Atención!
¡El triunfo es la meta y rendirse no es una opción!
No callará tu voz, abuelo rebelde
padre de la memoria, hijo del pueblo
no se detendrá tu pluma, cuchilla de letras
que volando entre papeles nos diera nombre y cuerpo
la gloria de ser mortales.
¿Existe aquello que no se nombra?
¿Cabe la mentira en un desierto, y el desierto en un libro?
¿Qué hay más voraz que las balas?
¿Dónde enterrar a quien nunca tuvo patria?
Abuelo, amado abuelito de canas rojas y negras
vos que viste a la libertad pariendo horcas y escarapelas
gendarmes y prefectos, militares y sacerdotes
abuelo, tus nietos te recordamos
en la noche negra de la víspera
en la roja llama del cóctel volador
en la blanca espuma del mar de los libres
en la roja sangre que gotea del represor
en la negra noche previa a la justicia.
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